jueves, 5 de enero de 2017

No a la...¿Devaluación?

El año pasado el Congreso de la Unión ratificó la propuesta de la Federación de liberar los precios de los combustibles a partir del primero de Enero de este año que recién empezó. Si bien liberar precios y retirar subsidios afectó de golpe a la economía de la mayoría de la población, será mayor el impacto de la devaluación que se viene, que es realmente el trasfondo de los ajustes que está haciendo la Federación.

La traición de Peña Nieto al pueblo de México ha sido tal que el bienestar de los mexicanos es lo último que le interesa. Su burla ha sido tan evidente y cínica que Pemex ha ido a vender gasolina mucho más barata a los habitantes de los Estados Unidos de América.

Como era de esperarse, se han presentado manifestaciones, toma de oficinas gubernamentales y casetas de peaje. En algunos casos las manifestaciones han terminado en actos vandálicos a centros de autoservicio, pero conociendo los antecedentes del Gobierno en estos casos y mi experiencia personal, es inevitable pensar en infiltrados que incitan y realizan esos actos para desvirtuar manifestaciones y justificar las próximas medidas de las autoridades.

México es un país con grandes reservas petroleras; sin embargo, nunca se ha visto reflejado en la economía popular. En un presente donde poco a poco las energías renovables viene tomando impulso, es imperativo que la Secretaría de Energía habrá un verdadero nuevo camino. México no puede, desde hace tiempo, basar su presupuesto en los ingresos petroleros, no es sano que el Gobierno busque mayores ingresos a costa de un tema que es tan fundamental en el mercado nacional.

Yo estoy completamente convencido de que el petróleo es de los mexicanos; sin embargo, pienso que el enfoque erróneo de Pemex ha sido producir y vender derivados, es algo que da complejidad y mayor nómina de empleados públicos sin los resultados idóneos. Pienso que la extracción y venta de crudo solamente a refinerías en territorio nacional sería una buena medida.

Aun así, queda el verdadero riesgo actual de México: una gran devaluación está latente como no lo estaba ni siquiera en la de hace 22 años. Si se devalúa el peso, seguramente el dólar valdrá más y por consiguiente habrá escalada de precios, incluido principalmente el de los combustibles, que será lo más delicado por todas sus afectaciones directas. Todo esto justo en el momento menos oportuno de nuestro país dada la reciente liberación de precios de los combustibles para ajustarse a precios internacionales basados en dólares.

Hay ajustes más importantes que el gobierno debe hacer, pero los intereses de los actores políticos actuales han evitado pasos verdaderamente a favor del pueblo. Seguros de salud privada, sueldos y bonos millonarios de los Funcionarios Públicos y Legisladores son una mentada de madre para la situación del país. Por otro lado, pero en el mismo sentido, se debe desaparecer el presupuesto público que reciben los Partidos Políticos, así como los Regidores Municipales de todos los Ayuntamientos. Han afectado al pueblo y sus privilegios se los autorizan sin ni siquiera merecerlos.

Podemos manifestarnos contra los gasolinazos, impuestos, devaluaciones, impunidad, salarios populares indignos, fuero, y muchas cosas más; sin embargo, lo que nos debe de ocupar a la ciudadanía es proponer nuestras propias reformas estratégicas como solución de fondo. Es momento de hacer un verdadero uso de la iniciativas ciudadanas como nueva herramienta política del pueblo: un impuesto único generalizado de un sólo dígito; mayor transparencia; reingeniería, simplificación y austeridad gubernamental; educación incluyente de calidad; bienestar popular; todo eso y más es posible.

Por último, como propuesta alternativa a las manifestaciones, aludiendo que en países asiáticos es una protesta eficiente en el sector industrial saturar la producción en vez de una huelga, pienso que en nuestra situación lo contrario a la movilización también podría ser una opción: convocar a suspensión de labores y un toque de queda ciudadano podría ser una enorme presión, a final de cuentas no vamos a tener ni para la gasolina.

Es hora de actuar todos los ciudadanos y dejar de ser esclavos del sistema.
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Rubén III
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