Nuestro México sufre como hace
mucho tiempo que no lo hacía, la inseguridad acompañada de la impunidad es algo
que le duele a nuestro país y que ha sobrepasado al Estado; es algo que
sufrimos todos los mexicanos.
Cifras oficiales de la Secretaría
de Gobernación nos indican que de Diciembre del 2012 a Septiembre del 2014 (22
meses) han sido asesinados 31,892 mexicanos (Aquí Fuente Oficial de la SEGOB),
cifras que llevan años incrementándose sin que el Gobierno pueda o quiera contrarrestarlo.
Se vive una situación sumamente
delicada tras la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa en manos de policías
municipales hace ya 45 días, aquel 26 de Septiembre, sin tener aún la certeza
de su paradero o doloroso final.
“Fueron quemados y en estas
bolsas están sus cenizas”, es el resumen que arroja hasta el momento la
investigación oficial de la PGR y que las familias de los estudiantes y todo
México rechazamos aceptar, sin olvidar el gran apoyo mundial desencadenado en
redes sociales y manifestaciones simultáneas en diferentes partes del mundo.
El “Caso Iguala”, llamado así por
ser el municipio del Estado de Guerrero donde se encuentra Ayotzinapa, al
parecer es la gota que ha derramado el vaso.
Ante esta compleja situación del
país que no olvida otros casos recientes sin justicia plena como el de la
Guardería ABC, Atenco y Tlatlaya, se escucha más que nunca un grito al unísono
que reclama justicia para México con marchas y manifestaciones a lo largo del
país, y aunque el Caso Iguala ya provocó la renuncia del presidente municipal
de Iguala y el Gobernador de Guerrero, existen ya voces que reclaman también la
renuncia del Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
De esa manera, considerando que
puede haber una escalada de presión de reclamo social hacia el ejecutivo
federal de no presentarse conclusiones a la brevedad en el Caso Iguala, las
cuales conlleven verdad y justicia plena, se podría presentar una desestabilidad
enorme para el país, ya que se debe contemplar el posible escenario de una
renuncia presidencial, incluso, en el peor de los escenarios, un ataque al
Presidente.
A México le duele Ayotzinapa, es
por eso que exige justicia y capacidad de nuestros gobernantes para cumplir con
sus obligaciones con el pueblo; esperemos salir adelante como el gran pueblo
que somos y no encontrarnos con los peores escenarios.
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